miércoles, 30 de junio de 2010

El tiempo vuela

Ya va fatando poco y la verdad es que es una sensación super extraña. Ya he dicho en alguna ocasión que no tengo prisa, y es cierto. No la tengo porque estoy a gusto, disfrutando de este estado que en realidad dura poquito para tooodo lo que conlleva. En esta última etapa, que todo el mundo dice que pasa despacio, que se hace eterna... a mí me está ocurriendo lo contrario. Los días se suceden sin que casi me de tiempo a darme cuenta, el calendario va arrojando hojas al vacío sumando días que no puedo detener. Y no sé si será miedo, pero a ratos me gustaría detener esa cuenta atrás, esperar un poquito, saborear el tiempo... Seguramente sí, algo de miedo tendré, porque ahora cada vez me pone más nerviosa pensar en EL GRAN MOMENTO, cada vez quiero imaginarlo menos. Cuando se me viene a la cabeza, procuro pensar en otra cosa diciéndome a mí misma, " no lo pienses, será lo que tenga que ser". Me da fuerza ( y a veces me hace gracia también) el hecho de que la gente que me quiere confía plenamente en mí en eses momento, no sé por qué porque no me han visto en otra igual, pero confían. Y siempre la confianza de los demás arroja una fuerza especial en la confianza que uno mismo pueda tener.
Tengo la sensibilidad a flor de piel, aunque no lo exteriorice demasiado. En cuanto me descuido las dichosas lágrimas me inundan los ojos. Supongo que es una mezcla de todo. Pero sigo FELIZ, son lágrimas de emoción, no hay un ápice de tristeza en ellas.

1 comentario:

  1. Pili, me he abierto una cuenta en google para poder comentarte :)
    Espero impaciente una nueva entrega.
    Un besazo

    ResponderEliminar